Dicen a día de hoy que para trabajar de fotógrafo hace falta vocación, ya que es un trabajo en peligro de extinción gracias a las nuevas tecnologías, pero soy de esas personas que piensan que la figura del fotógrafo aún es muy importante para destacar en cualquier negocio.
Me considero un amante de mi trabajo, con el que disfruto cada vez que encuadro, ajusto y disparo con mi cámara de fotos.
Desde que terminé mis estudios de fotografía en 2010, llevo trabajando en diversos campos, como es la fotografía de prensa, bodas, comuniones, eventos, agencias de publicidad, fotografía deportiva y en muchos más estilos diferentes, pero siempre con un mismo fin: captar un instante que pasa desapercibido al ojo del espectador.
Con los años he aprendido a fijarme en aquellos pequeños detalles que nadie ve, fotografiándolos para inmortalizar algo que no se volverá a repetir más.
Por ello, sigo siendo un pequeño soñador, con ganas de seguir capturando con mi cámara todo aquello que se escape a la vista de los demás, haciendo que la gente sonría al ver cada fotografía.